martes, 26 de abril de 2016

Trilce.

Trilce

XXVIII 

He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.

Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.

A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.

El yantar de estas mesas así, en que se prueba
amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el brocado que no brinda la
MADRE,
hace golpe la dura deglución; el dulce,
hiel; aceite funéreo, el café.

Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
y el sírvete materno no sale de la
tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.

LXXV 

Estáis muertos.

Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a crepúsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán impunemente se está uno muerto. Sólo cuando las aguas se quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y doblan, entonces os transfiguráis y creyendo morir, percibís la sexta cuerda que ya no es vuestra.

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades.

Y sinembargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.

Estáis muertos.



Introducción:

Trilce es el poemario más importante y conocido de Cesar Vallejo. Se publico en 1922, en Lima y esta considerado como una obra capital de la poesía universal moderna y como obra cumbre de la Vanguardia poética en lengua española.

César Vallejo la empezó a escribir en 1918 aunque su mayor parte la escribió un año más tarde, y los últimos dos poemas en 1922. La edición príncipe, es decir, la primera edición, se imprimió en los Talleres de la Penitencia de Lima, en un tiraje corto de 200 ejemplares. 

Empezó a circular en octubre de 1922, estando formado por: 121 páginas de texto y XVI de prólogo. En la portada tenía un retrato a lápiz del poeta, este retrato, lo había hecho Víctor Morey Peña. Valía 3 soles cada ejemplar y la edición costó 150 soles a César Vallejo.
El libro fue olvidado durante varios años hasta que en 1930 se publicó en España. Esto marcó el inicio de su revalorización en el mundo de las letras hispanas.


Origen del nombre:

El poemario, al principio de todo se iba a titular "Cráneos de bronce" pero empezaron a hacerle burlas y críticas a César Vallejo y este terminó modificandolo con el título "Trilce".


Contexto:

El poemario se escribió en una etapa demasiado dramática para César Vallejo por lo que se refleja en sus versos. Las razones son:
  • Su madre había fallecido en agosto de 1918.
  • Tuvo un fracaso amoroso muy escandaloso en mayo de 1919. 
  • Su amigo (Abraham Valdelomar), también falleció en noviembre de 1919.
  • Le despidieron de su trabajo a finales de 1919. 
  • Le encarcelaron, en Trujillo, durante 112 días entre 1920 y 1921.

Estructura:

Trilce esta formado por una serie de 77 poemas sin título, ya que estos están numerados con dígitos romanos. Como esta sin títulos y con números, es lo que hace diferencia de su antecesor poemario "Los heraldos negros", el cual tiene un título cada poema y además de eso tiene grupos definidos según su temática.

Esta estructura trilceana nos demuestra que tenemos que ver en cada poema una unidad subsistente por sí misma y en sí misma.


Análisis:

Es el libro de poesía más radical escrito en lengua española, apareció en el momento en que se interrumpió el Vanguardismo en el mundo y pregonaba una renovación o un cambio de los cánones de la estética.

En Trilce podemos encontrar algún reflejo de las innovaciones aportadas por el ultraísmo u otros movimientos vanguardistas contemporáneos pero lo que constituyo un ejemplo de renovación del acto poético esencial fue el esfuerzo de reducir el lenguaje a lo indispensable para alcanzar una entraña esencial.

La técnica poética se caracteriza por una violenta ruptura con toda la imitación o influencia literaria, una liberación audaz de las reglas del metro y la rima, así como la sintaxis y lógica aparente. Reutiliza palabras antiguas para la evidencia de los conocimientos amplios que el poeta tiene de los clásicos e inventa palabras nuevas, también hace uso de términos científicos y expresiones populares y de vida cotidiana. En el empeño de crear un nuevo lenguaje poético el poeta cae bastantes veces en el hermetismo, por lo tanto, para entender sus poemas tienen que ser sometidos a una hermenéutica (técnica o método de interpretación de textos).

Aparte de César Vallejo, solo Vicente Huidobro y James Joyce llevaron a cabo la experimentación lingüística hasta el extremo de la inaccesibilidad o el hermetismo.



La revista:


Omar Lara, un poeta de Chile, fundó en 1964 una revista de poesía Trilce en honor a César Vallejo, esta revista se llamaba "Hojas de Poesía Trilce" pero un año más tarde se renombró.
En 1973, la revista dejó de salir a la luz por el golpe militar de Pinochet pero en los años 80, Lara, volvió a sacar a luz varios números y en 1997 reanudó su publicación normal.



Contextualización literaria.

¿En qué momento nos encontramos?

Después de la 1ª Guerra Mundial y antes de la 2ª aparece el movimiento artístico literario de las vanguardias que trata de romper con todo lo anterior. Este movimiento surge debido al sentimiento de inconformismo y deseo de renovación que provoca la guerra. Los artistas creen que occidente ha creado la barbarie y por eso rechazaran todo lo que venga de ellos. La 1ª Guerra Mundial provocara el desarrollo de la población. Este desarrollo económico que se dará gracias a las nuevas industrias, hará que Hispanoamérica obtenga un enorme desarrollo cultural. Las clases medias optaran a culturizarse pero también producirán cultura. Sera aquí cuando surjan las vanguardias literarias, las cuales buscaban romper con lo anterior.
Los años posteriores a los 30 serán años de conflictividad social y cultural que llevara a los escritores a concienciarse de lo que está ocurriendo, pero no será hasta los años 60 cuando los escritores empiecen a ver la literatura como medio de crítica social.




Vallejo en la literatura.

Vallejo fue un poeta que no se aferró completamente a ningún movimiento literario. A lo largo de su carrera experimentó con diferentes y novedosas técnicas aunque siempre manteniendo la misma temática en general, expresada en un tono personal e íntimo.
Su lenguaje fue principalmente sencillo, fácil de entender. Sus complejidades se encontraban en las metáforas y el uso del tiempo, los cuales eran muy peculiares y característicos de su persona. En sus poemas hubo gran abundancia de perífrasis.




Evolución a lo largo de su vida:

a) Modernismo:
En esta etapa tratara temas familiares, utilizando un lenguaje poético diferente a lo tradicional.

b) Vanguardias:
Innovaciones estilísticas y expresivas:

  • Crea imágenes.
  • Usa metáforas.
  • Alterna un lenguaje culto con un lenguaje coloquial.


c) Poesía social:
Explica el inmenso dolor por el sufrimiento y las miserias del hombre.



Características de sus diferentes géneros tratados:


  • Poesía ➡ Profundo humanismo y dolor universal, crea un nuevo lenguaje, supera el modernismo (posmodernismo) tendrá una  poesía llena de esperanza y solidaridad humana.



  • Narrativa ➡ Podremos observar la solidaridad con el oprimido y la denuncia al maltrato. Estos tendrán una finalidad política para demostrar la profunda injusticia social existente en nuestra sociedad.



  • Teatro ➡  Tratara temas dramáticos de conflictos de la vida cotidiana, tendrán tono poético y estarán ambientadas en la época incaica.



  • Traducciones ➡  César tradujo del francés al castellano.



  • Ensayos ➡ Estos tendrán un carácter marxista y revolucionario.



*No solo escribirá en verso sino que también lo hará en prosa.




Ensayo: “Contra el secreto profesional” recopilación de los pensamientos del autor.



Poemas: “Trilce” y “Los heraldos negros”.


Teatro: “Lock out” obra que trata temas como: el desempleo, la corrupción y la violencia. 
Trama: las empresas han cerrado y esto hará que se generen grandes revueltas.


Narrativa: “Paco Yunque” relata la historia del primer día de clase de Yunque el cual sufrirá humillaciones y maltratos del hijo del jefe de su madre.




lunes, 25 de abril de 2016

Obras.

Obras

Poesía:

-Los heraldos negros (1918)
-Trilce (1922)
-Poemas humanos (1938)
-España, aparta de mí este cáliz (1939)
-Poemas en prosa (1968)


Teatro:

-Mampar o Les taupes (1929)
-Lock - Out (1930)
-Entre las dos orillas corre el río o Moscú contra Moscú (1930)
-Colacho hermanos o Presidentes de América.
-La piedra cansada.
-El juicio final.
-La mort (La muerte)


Narrativa:

Realtos:
-Escalas (melografiadas) (1923)
-Sabiduría (1927)

Novelas:
-Fabla Salvaje (1923)
-Hacia el reino de los Sciris (1928)
-El tungsteno.

Cuentos:
-Paco Yunque (1931)
-Viaje alrededor del porvenir.
-El vencedor.
-El niño del carrizo.
-Los dos soras.


Ensayo:

-Contra el secreto profesional (1929)
-El arte y la revolución (1931)
-Reflexiones al pie del Kremlin (1931)
-Rusia ante el segundo plan quinquenal (1932)


Traducciones:

-Elevación, novela de Henri Barbusse.
-La calle sin nombre, de Marcel Aymé.

Los Heraldos Negros.


Los Heraldos Negros

Hay golpes en la vida, tan fuertes … ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!

Son pocos; pero son… Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!




La obra debió aparecer en 1918 tal como está fechada en su portada, pero la demora se debió a que Vallejo esperó el prólogo que le había prometido escribir su amigo Abraham Valdelomar, quien por alguna razón no pudo cumplir. Pero la obra se publico en 1919.


Los críticos resaltaron su tono renovador pues, aunque todavía se hallaba bajo el influjo modernista, ya poseía una nueva sensibilidad y una poderosa originalidad que anunciaban a un gran poeta.

El poema introductorio, que da el nombre al poemario, anuncia los temas y el tono del conjunto. Fue escrito en 1917, cuando Vallejo tenía 25 años. Consta de cuatro cuartetos en donde predominan los versos alejandrinos. Es sin duda la composición más famosa y recitada del poeta.

Más que un poema de desolación, es un poema sobre la incertidumbre que padece el ser humano cuando le busca un sentido a su existencia. El título es una evocación de los mensajeros de la muerte, los cuales, obviamente, solo pueden anunciar el dolor. 

El motivo principal del poema gira en torno al dolor humano incompresible e inexpresable, ese dolor que se levanta desde lo más recóndito del ser humano y se hace visible desde el primer verso del poema a través de la imagen de los «golpes»: «Hay golpes en la vida tan fuertes. ¡Yo no sé!.»

De seguido, este dolor tan significativo se equipará, a través de una serie de imágenes sugestivas, con la furia divina, con bárbaros devastadores, con los heraldos negros. Sin lugar a dudas, el sentimiento predominante en el poema es el dolor, que se asemeja a una caída, por eso la imagen de un pozo donde se acumulan el sufrimiento y la culpa. 

Pero ¿de dónde sale ese dolor? De Dios o del destino, no importa la respuesta, pues el ser humano no puede comprender su origen. De ahí que en la cuarta estrofa se presente la imagen de los «ojos locos» que se vuelven para mirar lo irremediable e incomprensible. El alma es el pozo donde queda el dolor y la mirada es el lugar donde ese dolor se ha vuelto culpa.

Vallejo, en este poema, busca la razón de ser del dolor que, a cada instante, ahoga la existencia del ser humano. Y llega a la conclusión de que no hay una respuesta al dilema existencial. El poema revela este círculo vicioso desde su estructura misma. En concreto, podrían resumirse las ideas fundamentales de este poema por medio de tres puntos:

  • La existencia del ser humano conlleva el hecho de tener que sufrir acontecimientos dolorosos que, aunque son pocos, dejan una huella en todas las personas, incluso en aquellas cuyo ánimo es más fuerte para soportar las adversidades.

  • Estas adversidades que debemos soportar los seres humanos se relacionan con el odio de Dios, la destrucción sin medida, el augurio de la muerte y la decepción de las creencias religiosas y la consecuente pérdida de la fe.

  • Ante esto, el ser humano no encuentra ningún consuelo, pues lo vivido no sirve ni de excusa ni de paliativo para lograr afrontar la adversidad.


En conclusión, «Los heraldos negros» es un poema en que el dilema humano se presenta en toda su magnitud y en que el sentido de la existencia del ser humano es cuestionado brutalmente por el asomo de la duda, la desesperanza y el sinsentido.


Recopilatorio de poemas.


Recopilatorio de los 10 poemas


1) LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! 
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, 
la resaca de todo lo sufrido 
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras 
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. 
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; 
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma 
de alguna fe adorable que el Destino blasfema. 
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones 
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, 

como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; 
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, 
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé! 


2) LOS DADOS ETERNOS

Para Manuel González Prada, esta
emoción bravía y selecta, una de las
que, con más entusiasmo, me ha aplau-
dido el gran maestro.

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.


3) A MI HERMANO MIGUEL


Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa.
Donde nos haces una falta sin fondo¡
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: “Pero, hijos…”

Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.

Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.

Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.


4) PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…


5) MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder  nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…


6) XXVIII TRILCE

He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.

Cómo iba yo a almorzar. Cómo me iba a servir
de tales platos distantes esas cosas,
cuando habráse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cómo iba yo a almorzar nonada.

A la mesa de un buen amigo he almorzado
con su padre recién llegado del mundo,
con sus canas tías que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvéolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estánse en su casa. Así, ¡qué gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.

El yantar de estas mesas así, en que se prueba
amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el brocado que no brinda la
MADRE,
hace golpe la dura deglución; el dulce,
hiel; aceite funéreo, el café.

Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,
y el sírvete materno no sale de la
tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.


7) LXXV TRILCE

Estáis muertos.

Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a crepúsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán impunemente se está uno muerto. Sólo cuando las aguas se quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y doblan, entonces os transfiguráis y creyendo morir, percibís la sexta cuerda que ya no es vuestra.

Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades.

Y sinembargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.

Estáis muertos.


8) ESPERGESIA

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha…
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico… y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de ferétro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben… Y no saben
que la Luz es tísica,
y la Sombra gorda…
Y no saben que el misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.


9) LOS NUEVE MONSTRUOS

Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tanta cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rosseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!

Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.


10) CONSIDERANDO EN FRÍO, IMPARCIALMENTE

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina…

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa…

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona…

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza…

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo…

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente…

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito…

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué más da! Emocionado… Emocionado…



Cesar Vallejo.



Biografía 


Nació el 16 de marzo de 1892 en la ciudad de Santiago de Chuco en una familia mestiza, fue el menor de once hermanos y creció en medio de una gran devoción cristiana, su familia deseaba que se convirtiera en cura.

Completó secundaria en la ciudad de Huamachuco en 1908 y obtuvo su bachillerato de letras en la universidad de Trujillo en 1916 escribiendo dos años más tarde su primer libro de Poesía llamado "Los Heraldos Negros", uno de los más representativos ejemplos del posmodernismo.

En 1920 regresa a su pueblo natal, donde debido a unos problemas es encarcelado; esta experiencia tendrá una crítica y permanente influencia en su vida y obra, y se refleja de modo muy directo en varios poemas de su siguiente libro, Trilce (1922). Un año después parte para París, donde permanecerá hasta el fin de sus días. Estos años estuvieron marcados por una gran pobreza y un intenso sufrimiento físico y moral.

Conoció a poetas como Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea y Juan Gris, con los que participó en actividades de sesgo vanguardista, pero pronto renegara de su propio libro,Trilce y hacia 1927 aparece firmemente comprometido con el marxismo y su activismo intelectual y político.

Trabajó para periódicos y revistas, escribió piezas teatrales, relatos y ensayos de intención propagandística, como Rusia en 1931.

Estuvo afiliado al Partido Comunista de España (1931) y nombrado corresponsal, sigue de cerca las acciones de la Guerra Civil y escribe su poema más político: "España, aparta de mí este cáliz", que aparece en 1939 impreso por soldados del ejército republicano.
humanos(1939).

Cónyuge de Georgette Vallejo de 1934 a 1938.

César Vallejo falleció en París el 15 de abril de 1938, a causa de la reactivación del paludismo, enfermedad que sufrió cuando era niño.